20 de junio de 2009

Midnight Madness


Capítulo I

Antes de empezar, pido al lector, que deje estos papeles en su sobre y olvide que algún día le presenté este relato, pues si no lo hace, su razón y su cordura podrían perderse, tal como yo la perdí al escribir esto.

En una calurosa mañana de verano recibí una misteriosa carta que provenía de un hospital psiquiátrico, llamado “Midnight Madness”, la cual aparentaba que era una investigación sencilla de resolver, la carta indicaba que una enfermera había sido asesinada justo después de que se apagaran las luces, su apariencia sencilla se irá desvaneciendo a lo largo de este relato.

Subí a mi auto de inmediato, al llegar al hospital noté que era un lugar tranquilo y bello por fuera, pero lleno de enigmas por dentro. Al entrar al nosocomio, sentí un aire que me daba estremecimientos, pero mi habilidad de investigador, me dejó continuar mi trayecto, di un vistazo a la clínica y enseguida fui a la dirección que me había proporcionado el director de la investigación, saludé al mismo, y me llevó al lugar de los hechos.

El cuerpo se había hallado en el área de medicamentos, estaba desnudo, la mujer era blanca, rubia y esbelta. Se encontraba con el brazo violentamente hacia atrás, la cabeza estaba casi plenamente desprendida del cuerpo, lo único que me daba a sospechar, es que había sido un ataque de algún enfermero enamorado de la dama.

Saqué unos guantes de látex, y empecé a revisar el cuerpo y la única pista que pude encontrar, fue un cabello de color castaño oscuro, fue ahí cuando recordé de que en mi ojeada por el hospital, no había visto a algún castaño, eso me hacía sospechar que el asesino se escondía, o simplemente entró de alguna manera sigilosa.

En el momento en el que terminé mi reporte, me dirigí a entregárselo al director, y seguidamente, accedí a la habitación de uno de los enfermeros del nosocomio, con el cual entablé una conversación.

El hombre, de cabello castaño oscuro y de 1.70 de estatura aproximadamente, me dio los detalles del asesinato, según lo que él había observado, me mencionó que más o menos, a las 3 de la mañana, hacía su guardia, y escuchó a un hombre forcejear con la enfermera, la cual gritaba, el pensó que se trataba de una noche de calentura, pero no fue así, la mujer cayó al piso, y la sangre chorreaba por la puerta, él toco la alarma, y para eso estamos aquí.

Después de escuchar la declaración del enfermero, me dirigí a la habitación que me había proporcionado el director, de la cual solo había una llave, no existían copias. Al entrar a la habitación sentí miradas, con la luz oscura, no pude ver nada y de pronto, siento un puñetazo en la nariz, mi nariz empezó a sangrar y yo, derribado en el suelo tenía miedo de abrir los ojos, pues tenía temor de conocer el rostro de mi atacante fue entonces cuando me di por vencido y las cosas empezaron a empeorar…

Capítulo II

Al parecer, no hiciste caso a mis advertencias, y te estarás preguntando cuando perderás la cordura y la razón, pon atención a lo que sigue…

La sangre seguía derramando y de pronto, sentí un golpe muy fuerte en la nuca, el cual me dejó inconsciente.

Curiosamente, desperté en la cama de mi habitación a oscuras, no había forma de prender las luces, no podía realizar ningún movimiento pues el terror de lo sucedido anteriormente congelaba mi cuerpo. En seguida sentí una respiración en mi pecho, preferí no abrir los ojos, las luces se encienden y una navaja era lo que estaba sobre mi pecho, volví a cerrar los ojos por temor, una voz me dice claramente:

“Realizas un movimiento y te mueres, emites un sonido y te mueres, no intentes abrir los ojos, pues no creo que seas resistente a una navaja, es muy fácil quitarte un ojo, es cosa de poner la navaja baja el ojo y levantarlo como una palanca”

Grité pidiendo ayuda, mis movimientos hicieron que el hombre, ésta vez, grite y me haga daño.

“¡Te dije que no hablaras!”, y bruscamente hundió la navaja en mi hombro, “Lo único que quiero de ti, es que vayas a la oficina del director, y me traigas un sobre amarillo, que me imagino, debe estar sobre su escritorio, si no lo haces, me conocerás de verdad, y no creo que por mucho tiempo, pues te mataría”

Al amanecer, fui directo hacia la oficina del director, hablé con la secretaria y ella me dijo que éste, había salido de su oficina en la madrugada, sus palabras hicieron que sospeche, que el asesino había sido el mismo director.

Le dije a la secretaria que tenía que recoger una carta de su oficina, me creyó y pude entrar en ella. Cogí el primer sobre que encontré y traté de esconderlo entre mi ropa, salí y le dije a la secretaria que no la había encontrado y que iría a reunirme con el director.

Me alejé del lugar donde se encontraba la secretaria, saqué el sobre y lo abrí, dentro había un papel que decía:

“Te facilitaré tu trabajo, soy ean,J. se te acaba el tiempo, nos vemos a las 7:15 en tu habitación, no le digas a nadie sobre esto porque lo sabré y te mataré”

Eran las 7:00 y lo único que quería era que no sean las 7:15 pues tenía miedo de hablar con el asesino. Llegaron las 7:15 y se acercaba, tan preciso como un reloj, el hombre entró y me ponía frío con un miedo intenso, entonces corrí hacia la puerta, tuve un forcejeo con el hombre y logro golpearlo y huir, éste me sigue y me logra atrapar…

¿Te preguntabas cuando la cordura se perdería, no?, Termina de leer mi historia…

El hombre me dijo:

“¿Es que, aun no lo has descubierto?, El hecho de que sepa lo que haces y lo que no, que no hayas oído ninguna puerta al cerrar, el dolor que no sentiste cuando te clavé la navaja, podrás decir que existo, pero no, soy un producto de tu mugrienta mente.

Le respondí:

“Entonces, ¿Quién escribió la carta que estaba en el sobre?

“Nadie más que tú, a qué te suena ean,J. Reacomoda las letras…” me respondió

“¿Un anagrama? Jean, ¿Soy yo el asesino? Le pregunté

“Al fin, has dado en el blanco”. Me respondió.

Al terminar de decir esto, el hombre desapareció, y al instante aparecieron los enfermeros, que me llevaron directamente a una sala donde estaba el director, el cual me preguntó que había hecho con el cuerpo de la asesinada.

Al parecer yo era un interno más en el hospital, pero con la característica de que había logrado escapar de mi cuarto de detención y había escrito esta historia a parte de imaginarle completamente…

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